¿Es viable la práctica del Ayurveda en Occidente?

En uno de los encuentros con nuestros alumnos de Posgrado Universitario de Medicina Ayurveda nos hicimos la siguiente pregunta: ¿Es viable la práctica del Ayurveda en Occidente?. Vamos a tratar de contestarla a lo largo de las siguientes líneas, a partir del debate creado en un espacio de comprensión y respeto, y de ciertas consideraciones teóricas.

En uno de los encuentros con nuestros alumnos de Posgrado Universitario de Medicina Ayurveda nos hicimos la siguiente pregunta: ¿Es viable la práctica del Ayurveda en Occidente?

 

Vamos a tratar de contestar esta pregunta a lo largo de las siguientes líneas, a partir del debate creado en un espacio de comprensión y respeto, y de ciertas consideraciones teóricas.

 

En un principio, la mayoría de los alumnos hablaba de una nueva etapa que los seres humanos estamos transitando, el inicio de una nueva era en la que el motor del cambio reside en cuestiones más cualitativas que cuantitativas, los resultados más esenciales que materiales, y el camino que los separa más lento y consiente, que rápido e impreciso. Esta especie de nueva era nos lleva a todos a buscar otras formas diferentes de vivir de las que estábamos acostumbrados en pos de un estado permanente de felicidad y amor. Tomamos el comentario de una alumna que expresó lo siguiente “en estos días al parecer muchos nos sentimos vacios, cansados, de correr tras objetos tangibles  y aun así no encontrar equilibrio en nuestro ser. Es ahí cuando decidimos parar y dar un vuelco para descubrir ese ser supremo, tapado, escondido o distraído…esta puede ser una útil herramienta para re nacer!”

El Ayurveda, como lo plantea su nombre, es la ciencia de la vida, “ayur” significa vida y “veda” conocimiento. Y su principio fundamental es la integración del cuerpo, la mente y el espíritu, los 3 componentes humanos universales, por lo que este sistema de salud milenario es una herramienta de fácil asimilación tanto para los responsables del área de salud como para el público en general si la conocemos en su profundidad y la llevamos a la práctica de manera consciente. Así podemos lograr este cambio que todos sienten necesario llevar a cabo.

¿Y qué necesitamos para lograrlo? A partir de aquí surgieron otras cuestiones vinculadas al ritmo de vida actual, como ser falta de tiempo debido a trabajo, viajes, familia que dificultan la práctica del día a día. Una de las cuestiones fundamentales se vinculaba a la alimentación, la falta de tiempo para realizar comidas saludables, prácticas arraigadas a lo largo del tiempo, diversidad de constituciones o doshas dentro de una misma familia, entre otras cuestiones. Una de las integrantes planteaba su situación particular: “Hace 4 años inicié el tratamiento para equilibrar mi constitución y nivelar los doshas y me resultó un poco complicado continuarlos después de 4 meses debido al trabajo, reuniones y viajes que realizaba. Reconozco que parte de la imposibilidad se debió a la dejadez y falta de dedicación para cocinar. Creo que  si uno lo incorpora paulatinamente se puede mantener muy bien en el tiempo. La manera de ser occidental nos lleva a querer acelerar siempre los tiempos y eso es lo que no nos permite el cambio  que debemos realizar “.

Respondiendo a su compañera, uno de los alumnos expresó lo siguiente: “Miles de años de práctica y conocimiento demoraron en conformar lo que hoy conocemos como Ayurveda, pienso que nosotros también necesitamos tiempo. Tiempo para dar los primeros pasos y comenzar a entender sus bases. Tiempo para llevar a nuestra vida pequeñas prácticas y percibir sus beneficios. Tiempo para ahondar más y más en este tipo de medicina y aplicar más técnicas que nos ayuden a ir encarnando el Ayurveda en nuestra cotidianidad. Tiempo para sentirlo parte nuestra y poder transmitirlo a nuestro entorno. Creo que la dedicación de tiempo, con la paciencia y la constancia que eso conlleva, es la mejor forma de resguardar la esencia del Ayurveda, sin desvirtuarlo. Comprendiendo su esencia primero, podemos alimentarlo nosotros con elementos de la vida occidental e ir haciéndolo más viable”.

La alimentación es una de las bases fundamentales del Ayurveda para tener un cuerpo sano y equilibrado, pero también lo es el nacimiento de una toma de conciencia, es decir dedicar un tiempo a nuestra mente y a nuestros pensamientos a partir de por ejemplo las técnicas de meditación que se pueden practicar regularmente por cualquier individuo en sus rutinas diarias. De esta manera, logramos una mejor calidad de vida y bienestar, alimentando y armonizando nuestro espíritu, nuestro ser integral. Como plantea una alumna “contactarse y seguir la sabiduría del sistema de Ayurveda dedica muchas energías a la prevención, esta es la palabra clave para la salud, prevenir. Para eso hay que tener primero el conocimiento de nosotros de nuestro cuerpo, con meditación, la práctica diaria de yoga, y una alimentación que esté de acuerdo con aquello que equilibra a todo nuestro ser”.

Todo ser que transita por esta tierra puede lograr, a partir de la práctica del Ayurveda, volver a su equilibrio natural y así convivir de manera armónica con los otros seres, con la naturaleza y con el universo. Pero sí debe aplicarse seriamente, con conciencia y determinación para poder experimentar en su propio cuerpo y en su entorno los beneficios y el bienestar en general a los que el Ayurveda lo conduce. Esta práctica ha demostrado su utilidad en la prevención y también en la cura de las enfermedades, no solo en Oriente, sino en el mundo entero a lo largo de varios milenios. La prevención y el tratamiento de enfermedades son enfocados abarcando tanto el plano físico como el psicológico, el emocional y el social. Se actúa en toda la esfera interna y externa que rodea al individuo y en la interrelación de ambas.

En cuanto a las diferentes existentes entre Oriente y Occidente, hay que enfrentar los desafíos de las diferencias e intentar obtener de ellas los mejores beneficios que nos otorgan. Como expresa una compañera “Si, es cierto que los occidentales tal vez debamos hacer un mayor esfuerzo para adoptar sanos y nuevos hábitos, y tal vez no podemos aprovechar las bondades de ciertas plantas o especies no disponibles (y nuestro Ghee no sea de óptima calidad partiendo de mantecas industrializadas y con conservantes) pero podemos rescatar lo esencial. Aprender a conocernos, escuchar a nuestro cuerpo y entender sus mensajes”.

Si bien en el Occidente existe una predominancia del uso de la medicina moderna, también es cierto que existe una gran cantidad de personas que no encuentran soluciones a sus problemas cotidianos de salud ni a enfermedades más complejas y que piden por una práctica más integral, con médicos más humanos y un uso de medicamentos más respetuosos. El Ayurveda al ser una medicina viva, está abierto a la investigación científica y a los aportes de la medicina tradicional.

Todos los integrantes del Curso afirmaron que la práctica del Ayurveda es viable en Occidente, y la mayoría coincidió en que es necesario tener un conocimiento profundo de sus principios y conocimientos milenarios y de un compromiso personal en llevarlo a cabo y adaptarlo a cada uno para poder obtener este anhelado equilibrio.

Lo importante, creemos, es poder integrar los diferentes tipos de medicina con el único objetivo que deben tener todas, velar por la salud mental, física y espiritual de todos los seres. Como señaló el Dr. Jorge Berra en el debate con los alumnos acerca la viabilidad de la práctica Ayurveda en Occidente, la salud es una sola en Oriente y Occidente.

 

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